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lunes, 9 de diciembre de 2019

La Crisis Y Sus Inicios


La región latinoamericana ha resistido bien en la primera fase de la crisis económica internacional desatada en 2007. Durante el período de agravación de la crisis de 2008-2009, consecutivo a la quiebra de Lehman Brothers, los países de América Latina no han vivido crisis monetarias o financieras y han sufrido una recesión más bien moderada y de corta duración ya que la recuperación fue vigorosa en 2010. Esta capacidad de resistencia se explica en buena medida por la disminución de la vulnerabilidad financiera durante la fase de expansión del crecimiento 2003-2008.
Pero más allá de las características comunes al conjunto de la región, la crisis ha puesto de manifiesto una gran diversidad de situaciones nacionales. Los factores que explican estas diferencias tienen que ver con la amplitud de los shocks desfavorables sufridos por cada economía, así como el grado de diversificación de las relaciones económicas externas y los márgenes de maniobra de cada país para aplicar medidas de reactivación anti-cíclica. Esto permite distinguir los casos de México y Venezuela, duramente afectados en 2009, de los de Bolivia o Brasil, que resistieron bastante bien en la primera fase de la crisis económica internacional. Sin embargo, aun los países cuyos regímenes de crecimiento han podido atenuar los efectos desfavorables de los shocks negativos en esta fase están confrontados a retos importantes.

Inicios de la Crisis. -



Durante la primera década del siglo XXI, la región latinoamericana experimentó un crecimiento, en muchos aspectos, inédito. En los años 2000, la expansión del crecimiento estuvo acompañada de superávits por cuenta corriente, al menos hasta 2007. Este fenómeno ha sido excepcional si se tienen en cuenta los resultados registrados por las economías latinoamericanas en las últimas décadas (Gráfico 1). En efecto, durante las fases de expansión de la actividad económica, una mayor progresión de las importaciones con respecto a las exportaciones se traducía habitualmente en un déficit exterior que podía bloquear el crecimiento si las condiciones de financiación empeoraban. Por otra parte, desde los años 70, las fases en las que las economías de la región experimentaron una aceleración del crecimiento – segunda mitad de los años 70 y parte de los 90 – coincidieron con importantes entradas de capitales (Gráfico 2), que constituyeron el preludio de graves crisis monetarias y financieras.
  • 1 Es el caso de Argentina y Brasil en los sectores agrícola y agroalimentario, de Chile, en el sector (...)
4Por el contrario, en la fase 2003-2008, el aumento de las exportaciones de materias primas y el alza de los precios de estos productos, sostenidos por el dinamismo de la demanda asiática – y sobre todo, china – permitieron que los países de la región – y en particular los países de América del Sur, cuya especialización internacional conlleva grandes ventajas comparativas en el sector primario1 – evitaran la aparición de presiones financieras externas. Más que el ciclo financiero (entradas o salidas netas de capital), lo que estuvo fuertemente asociado al comportamiento de la actividad económica en el periodo 2003-2008 fue la evolución favorable de los términos de intercambio.

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