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lunes, 9 de diciembre de 2019

Los Efectos Negativos de la crisis internacional


La crisis económica global interrumpió el ciclo de crecimiento 2003-2008. No en vano, la crisis internacional empezó a golpear con fuerza a América Latina a partir de septiembre de 2008 provocando una reacción casi instantánea de las variables financieras, aunque el efecto fue, a fin de cuentas, de corto alcance (Baduel, Ordoñez y Quenan, 2010) : en su mayoría, dichas variables se recuperaron rápidamente a partir del segundo trimestre de 2009 y casi ningún país tuvo que hacer frente a una restricción prolongada de la financiación exterior. Así, entre septiembre de 2008 y marzo de 2009, se registró un aumento generalizado de las primas de riesgo de las deudas soberanas seguido, desde marzo de 2009, de una recuperación de la situación gracias a la disminución de la aversión al riesgo y a una liquidez global abundante. Ello indujo la vuelta de los flujos de capital a la región y un acceso más fácil a los mercados internacionales de crédito para la mayoría de países latinoamericanos. Por otra parte, las monedas de los países de la región acusaron una sensible depreciación entre finales de 2008 y principios de 2009 seguida, desde marzo-abril de 2009, de una reevaluación generalizada. Paralelamente, tras la profunda depresión de las bolsas locales a finales de 2008, se constató, a partir de marzo de 2009, una rápida reactivación del dinamismo de la mayoría de centros financieros latinoamericanos.
8Los efectos negativos de la crisis internacional se hicieron sentir igualmente, y sobre todo, en el ámbito comercial. Así, en América Latina la crisis se tradujo en una fuerte degradación de los intercambios comerciales tanto en términos de volumen como de valor. En volumen, la CEPAL evalúa la disminución de las exportaciones regionales en un 9 % en 2009. Fruto principalmente del hundimiento de la demanda internacional (sobre todo de los países industrializados), se registró una fuerte caída de las cantidades exportadas, especialmente en los países exportadores de bienes manufacturados que tenían a Estados Unidos como cliente principal (México, Centroamérica). En cuanto a los países exportadores de productos básicos, la caída del volumen exportado fue menor gracias, sobre todo, al mantenimiento de la demanda china. Con respecto al comercio en valor, entre finales de 2008 y principios de 2009, los importes facturados se vieron mermados por una brutal corrección a la baja de los precios de los productos básicos, afectando directamente a los países exportadores netos de materias primas. En cambio, para los países importadores netos, la bajada de precios permitió reducir las tensiones en el saldo corriente en un contexto de restricción crediticia internacional. Pese a todo, el precio de ciertas materias primas clave para algunas economías latinoamericanas (petróleo, cobre y algunos productos agrícolas) registró una notable subida a partir de principios de 2009. El aumento de estos precios supuso un alivio para los países exportadores de materias primas que tienen un acceso limitado a los mercados internacionales de capitales (Venezuela, Argentina) y cuyas finanzas públicas dependen considerablemente de estos productos (México y Ecuador, por ejemplo). Por tanto, a pesar de que los términos del intercambio empeoraron durante todo el año 2009, el deterioro fue menos severo de lo previsto inicialmente. Por otra parte, la disminución de las exportaciones en valor registrada a lo largo del año no provocó un deterioro considerable de los saldos de las balanzas comerciales de las principales economías de la región dado que las importaciones cayeron debido a la recesión.
9La crisis también ha afectado a América Latina deteriorando el saldo de otras partidas de la balanza por cuenta corriente. Es el caso de las remesas de los emigrantes, que representan una parte no desdeñable del PIB de algunos países de la región (en particular, de México, los pequeños países de Centroamérica y el Caribe o Ecuador). Pese a que estas transferencias son menos volátiles que otros flujos financieros , los efectos de la crisis en los países desarrollados (sobre todo en Estados Unidos y España) y las consecuencias en sus mercados de trabajo provocaron la caída de estos envíos realizados por los inmigrantes latinoamericanos a sus países de origen. Según estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo, estos flujos cayeron en un 15 % en 2009.

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